Coronavirus. Cuando todo se para…
Estamos viviendo momentos históricos con la pandemia del coronavirus. Todos lo vamos a recordar por las medidas tan excepcionales que se han tomado. El ciclismo como cualquier otro deporte está muy afectado, cancelaciones, aplazamientos de carreras, muchas de ellas difícil de volver a encontrar un hueco en el calendario por lo apretado que está.
Las clásicas, tipo Strada Bianca o Milán San Remo u otro de los monumentos que puedan verse afectadas, mal que bien es un día de competición y serán las que más fácil puedan encontrar un hueco, aunque claro está, no será lo mismo, pero para el organizador es clave encontrar fecha por el tema de minimizar pérdidas.
Las de una semana, como Tirreno o Volta Cataluña, lo van a tener más difícil. Encajar una semana libre o no ‘pisar’ otra buena carrera en el calendario va a ser muy complicado. Tal vez la solución pase por reducir excepcionalmente el número de días de carrera, eso podría ser una solución y no creo que afecte en gran medida al prestigio de la carrera. Está siendo una temporada atípica y como tal hay que verlo.
El problema más importante es el Giro, una carrera de poco más de tres semanas. ¿Dónde encajarlo? Si partimos que ha mediados de mayo tal vez esté resuelto el tema del coronavirus y todos volvamos a nuestra rutina, lo más próximo, el mes de junio hay carreras de muchos prestigio (Dauphine, Suiza…) y la proximidad del Tour, lo hace inviable. Luego están los Juegos, La Vuelta y los Mundiales, esto haría encontrar fecha a partir del 28 de septiembre, pero está Lombardía (el último monumento de la temporada). Puede darse el caso, ya que el organizador del Giro y la clásica italiana es el mismo, RCS, retrasen la fecha de la clásica de las hojas muertas y el Giro pueda celebrarse a partir del 2 o 3 de octubre y finalizando el 25. La fecha de Lombardía pasaría a ser el sábado 31 de octubre. Esto partiendo que patrocinadores y administraciones públicas, equipos y la UCI mantengan su apoyo. Eso minimizaría el daño económico del coronavirus, aunque seguro que nos va a pasar factura a todos y es posible que ante las circunstancias tan extraordinarias puedan producirse sustos de hasta su cancelación.
Lamentablemente para los italianos, tienen tiempo ahora de renegociar acuerdos, buscar qué fechas serían las más idóneas, o buscar otras soluciones más lógicas, pero difícil de tomar, me refiero a capar la carrera, quitando una semana de carrera. Claro, no pasaría a ser una de La Grandes como Tour y Vuelta, pero tal vez sea la menos mala de las soluciones. La cancelación no lo contemplo porque el organizador tratará paliar parte del quebranto económico sufrido y su baza para minimizar daños es un aplazamiento, pero celebrarlo a toda costa.
¿Y los ciclistas? ¿Y los equipos? ¿Cómo van a vivir este parón? Posiblemente las consecuencias para ellos son menos graves que para los organizadores. Ellos tienen carreras a lo largo de todo el año, simplemente es reorganizar el calendario, objetivos y mantener a sus corredores con duros entrenamientos. Ahora hay parón, pero tarde o temprano se activará la competición deportiva. Lógicamente los corredores que se centran en las clásicas belgas, en caso que estas se celebren (vamos a cruzar los dedos, pues lo tienen igualmente difícil) van a acusar la falta de competición, pero como es una circunstancia que lo sufren todos, pues ya sabemos ‘mal de muchos…’, todos van a estar en situaciones muy parecidas. Lo único que está pandemia va a provocar en los corredores y los equipos es que la temporada ciclista se alargue este año y fácilmente finalizará en noviembre, respecto a septiembre de años pasados.
El Tour, aunque esté lejano, también los corredores van a acusar este ‘parón’, pero hoy en día con la tecnología que tienen a disposición los corredores (entrenamiento por vatios, pulsómetros, nutrición…) pueden hacer entrenamientos de muy alta calidad sin necesidad de competir, para ellos será más aburrido, pero desde hace años se compite menos y se entrena más fuerte, si acaso correr siempre te sirve para tener referencias reales de cómo estás respecto a tus rivales.
La Vuelta, por suerte está muy lejos en ese camino de volver a la normalidad y para cuando se celebre, deberíamos haber pasado página del COVID-19 por el bien de la humanidad. Y muy probablemente las rutinas se hayan establecido y normalizado.
“más que miedo al coronavirus, teníamos miedo de quedarnos en cuarentena. Nadie te aseguraba el poder regresar a casa».