1990 BANESTO. Dándolo todo en La Vuelta, como en el Tour.

Comienza el año con un nuevo nombre sobre el maillot, el Banesto, aunque realmente no hay cambios pues la estructura es la misma de otros años, el Reynolds. Echávarri sigue estructurando el equipo con sus líderes Gorospe e Indurain para las vueltas de una semana, junto con la Vuelta y reservar a Perico para el Tour. Gorospe gana la Vuelta al País Vasco e Indurain hace lo propio, por segunda vez consecutiva, en la París Niza.

Una escapada bidón camino de Ubrique en la 6ª etapa proporciona 4 minutos y 8 segundos a Julián Gorospe (se pone de líder) y a Marco Giovannetti (se coloca 2º en la General) entre otros. Perico y su equipo confían ciegamente en su compañero. 4 días más tarde en la ascensión y final de etapa de San Isidro, Gorospe cede nada más empezar el puerto, sus compañeros esperan una recuperación y se mantienen a la expectativa incluso cuando a falta de 4 kms. de Meta, el italiano también pasa apuros.

Gorospe desmoralizado e Indurain enfermo, tiene que ser Delgado quien luche por la General. Al día siguiente en Naranco araña unos segundos sobre el italiano, en Valdezcaray lo disminuye 40″ más, en la contra reloj de Zaragoza 32″. Perico ya es tercero. En la etapa de la sierra madrileña, penúltima, que tan buenos recuerdos traía al segoviano, está a punto de lograrlo, pero Giovannetti aguanta y Delgado termina 2º en la General. «Julián falló e Indurain con gripe, tuve que coger la responsabilidad dentro del equipo, tal vez fue demasiado tarde, porque Giovannetti, supo administrar la ventaja que tenía sobre mí en lo que restaba de Vuelta y los únicos días que pasó verdaderas dificultades coincidieron cuando Gorospe iba de Líder».

1990 el equipo Reynolds pasa a llamarse Banesto. La ventaja que consiguió Giovannetti en la etapa de Ubrique y el ‘amarillo’ que le dió alas, consiguió aguantar los duros ataques de Delgado.

Nunca un Tour había comenzado de semejante manera, en el sector matinal de 140 kms., una fuga de 4 corredores (Pensec, Chiappucci, Bauer y Maasen) llegan a Meta con más de 10 minutos. Atrás, nadie quiere coger la responsabilidad tan pronto y para tratar de disminuir las diferencias. Por la tarde, la contra reloj por equipos, Banesto supera en casi un minuto a Lemond y Fignon.

Como siempre la primera contra reloj individual, este año de 61’5 kms., comienza a aclarar la General, el segoviano es 4º y recupera 6″ sobre el norteamericano (su referencia en estas etapas, pues Fignon había abandonado).

La primera etapa de montaña (la ascensión al Mont Blanc), Delgado soltó su primer hachazo y sigue recortando distancia sobre los primeros de la general, lo que le hace concebir esperanzas para la etapa siguiente, Alpe d’Huez. Banesto fue a por todo, mandan a Indurain por delante, realizando a la perfección de puente para un Delgado que demarra fortísimo. Solo le aguantan Bugno y Lemond. «Intenté dejarles de rueda en la última ascensión, me puse a tope, pero las fuerzas ese día no me respondieron. Aposté fuerte y perdí 40″, que me supieron muy mal».

Perico no pierde la esperanza y en la cronoescalada de Villard de Lans y a pesar de una avería a 2 kilómetros de Meta que le obliga a cambiar de bicicleta, termina 2º, detrás de Breukink. Toma el liderato Chiappucci y Lemond está a 7′ y Delgado es 5º a 9′ 02″, «en mi fuero interno confiaba en los Pirineos que siempre me habían traído más suerte».

«Camino de Millau (14ª etapa), empece a sentir unos retortijones de vientre muy fuertes y unas ganas locas de parar. Ataqué en los últimos kilómetros más para llegar cuanto antes a Meta que para dejar de rueda a mis rivales (Lemond siempre iba a mi rueda cuando la carretera se ponía en terreno ascendente). A partir de entonces el Tour fue un calvario para mí, con una gastroenteritis que no lograba curar, cada día estaba más deshidratado y débil. Llegue a ser tercero en la general, pero los últimos estaba totalmente vacio, sin fuerzas para luchar por nada y esperando terminar el Tour». Termina la carrera 4º y totalmente agotado.

«No he tenido suerte, en cambio Lemond le sale todo de cara, el Tour lo habría ganado Chiappucci si no llega a ser por la etapa de Saint Etienne (13ª)».

Et. 7ª, crono entre Vittel – Epinal de 61.5 km. Finaliza en un meritorio 4º puesto detrás de Alcala, Indurain y Bugno.

Et. 11, final en L’Alpe d’Huez. Muy generoso al inicio de la ascensión, finalmente lo pagó en Meta frente a Lemond y Bugno (ganador de la etapa).