1984. Reynolds. Su primer amarillo y las malditas caídas

Es un corredor cotizado y conocido a nivel internacional. El Tour de Francia había sido el mejor escaparate para exponer y exhibir sus cualidades.

No consigue grandes resultados a lo largo de la temporada, hasta llegar a la séptima etapa de la Vuelta a España (final en el alto de Rasos de Peguera) donde es segundo detrás de Caritoux… se viste de amarillo . Lo conserva hasta los Lagos de Enol (12ªetapa) donde no pudo aguantar el ritmo de sus adversarios y retrocede hasta el tercer puesto de la general. «Todavía queda mucha carrera y el tiempo que me separa del líder se puede recuperar. Fue la famosa Vuelta de Caritoux y Alberto Fernández. Yo ataqué en mi tierra, no subiendo sino bajando en el  final de la etapa (17ª) en las destilerias DYC. La carretera estaba peligrosa por la lluvia y conseguí irme, pero por detrás se aliaron varios equipos y consiguieron echarme el guante antes de llegar a Segovia. Dos días después en la penúltima etapa es la contra reloj en Torrejón de Ardoz, 33 kms., y poco más de un minuto por recuperar. Las primeras referencias son muy buenas, mejor que mi compañero de equipo Gorospe (que ganó la contra reloj), pero la lluvia que seguía presente en esta jornada, junto con mi ambición, me hizo tomar más riesgo del debido y sufrí una caída. Me quedé enganchado en una rotonda a una señal de tráfico. No me pasó nada, pero a partir de entonces hice la contra reloj con mucho miedo, perdí mi tercera plaza. ¡No pudo ser!». No pudo ser en esta oportunidad.

1984 La Vuelta
Su primer amarillo fue en La Vuelta de 1984

Pedro, que no se considera supersticioso, no dio ninguna importancia cuando le tocó el dorsal 13 en su segunda participación en el Tour de Francia y sufrió una caída sin consecuencias en la primera etapa. Fueron pasando los días y en la 7ª etapa en una contra reloj de 67 kms. avanzó 71 puestos en la general (pasó al 25º). Al día siguiente es cuarto en Nantes, 3º en la etapa de los Pirineos ¡ya es 9º en la general! Se coloca 6º vísperas de la etapa de Alpe d’Huez, pero camino del col alpino se queda cortado bajando Laffrey, cediendo en Meta más de 9 minutos, bajando al 10º, a más de 13 minutos sobre Fignon. «Creo que abuse un poco en los primeros kilómetros de la etapa, pues me encontraba muy motivado, en el penúltimo puerto me quede cortado un poco y no tuve tiempo suficiente para recuperarme en el descenso por entrar en el grupo cabecero, llegando al pie de Alpe d’Huez a más de un minuto y medio de retraso, a partir de entonces la ascensión se me hizo eterna».

Al día siguiente, en la Plagne, Delgado era cuarto, sube al 5º de la general y comienza a disputar la montaña a Robert Millar. Siguen en los Alpes y en Morzine su compañero Angel Arroyo, logra una brillante victoria de etapa. En el descenso al último puerto de montaña (Joux Plane) se lanza a tumba abierta Lemond, le sigue Delgado y consiguen marcharse de Fignon (líder), después de trazar varias curvas a lo loco, Lemond cae, quedándose Pedro solo. Sueña con copar las dos primeras posiciones de la jornada (como en el Tour del año pasado en el Puy de Dome) y se lanza en la bajada a toda velocidad, pero a punto de concluir se sale en una curva, choca con el petril de un puente, termina como puede con fractura de clavícula. Al día siguiente debe abandonar.

Tour 1984. Se fractura la clavícula bajando el Joux Plane a pocos kilómetros de la meta en Morcine.

«La temporada ha sido positiva. Lo único que me ha dejado mal sabor de boca las dos caídas, tanto en la Vuelta como en el Tour, que me han privado de dos puestos de honor, que creo tenía merecidos«, así resume el año 84.