1989 Reynolds. Su 2ª Vuelta y Luxemburgo en el Tour.

«Durante mi estancia en el PDM, hubo dos carreras que se me quedaron grabadas y con ganas de conseguir la victoria algún día, eran la Flecha Valona y especialmente la Lieja- Bastogne- Lieja. Este año por problemas mecánicos se me escapó, después de ir escapado y a falta de pocos kilómetros de Meta, me dieron caza tres corredores en la parte llana del final. Fuí 4º, ganó Sean Kelly, pero nunca había tenido la sensación tan clara tras finalizar de que esa carrera tenía que haber sido mía».

Ganador del Tour del ’88, Pedro comenzó a correr la Vuelta como gran favorito. «Echávarri tenía muchas ilusiones puestas en Miguel Indurain, vencedor de la París- Niza, de ese año, y en plenitud de facultades, yo, me mantendría en segundo plano a la hora de atacar, al ser más el centro de atención de los principales rivales».

«Nunca he marchado tan fácil en la bicicleta como ese año». Gana la 12ª etapa en Cerler, en fuerte lucha contra 4 colombianos. Realiza el mejor registro en la cronoescalada de Valdezcaray (15ª etapa) y al día siguiente, en Santander, se viste de amarillo. El equipo no tiene un gran día en los Lagos, Indurain se cae en el descenso del Fito (fractura de muñeca) y Pedro pasó por problemas para defender el liderato, especialmente frente a Fabio Parra (tan sólo 2″ les separa en la General). «El equipo siempre estuvo pendiente de Indurain y no me importaba, sabía que su ayuda en el Tour para mí era muy importante. Curiosamente hasta entonces me encontré muy bien de fuerzas en La Vuelta, hacía lo que quería, pero me quedé como líder único del equipo, comenzaron los problemas». Aún así, ratifica su liderato en la contra reloj de Valladolid y aunque el penúltimo día pasa por algunos problemas consigue vencer por segunda vez la
Vuelta a España, ante el delirio de miles de aficionados.

Cerler, primera victoria de etapa al sprint, frente a 4 colombianos. Contra reloj de Medina del Campo, con su victoria suma una ventaja que al día siguiente fue importantísima. Ascensión a Navacerrada, al lado de su gran rival en la Vuelta, Fabio Parra.

¿Excesiva confianza? Tal vez, pero el comienzo del Tour para Perico fue de infarto, un despiste le hace tomar la salida con 2′ 40″ de retraso «Todavía hoy no me explico muy bien que me pasó, quería brillar desde la primera pedalada de la carrera. Me fui a calentar como nunca lo había hecho. Quería estar alejado de la prensa que tanto atosiga en ese momento y mantener mi concentración. Quería llegar justo para tomar mi salida. El arriesgar de esa manera provocó ese retraso y ninguna otra cosa, como algunos periodistas y seguidores elucubraron en ese movido comienzo de carrera. Me llame estúpido a mí mismo. La peor consecuencia, no fue el tiempo perdido tan tontamente, sino que no me perdoné ese error y pasé muy mala noche debido al enfado que tenía conmigo mismo». ¿Consecuencia? que al día siguiente, en el sector vespertino, Delgado tiene un desfallecimiento en desarrollo de la contra reloj por equipos y cede 5 minutos más. «Acumulaba nada mas empezar el Tour, un retraso de 7′ 20″ sobre Fignon y 9′ 57″ sobre el Líder (voy el último el 198º) El francés llegó a comentar, ‘Delgado ha perdido el Tour'».

«Afortunadamente las siguientes etapas no fueron muy duras y me pude recuperar anímicamente un poco». Hizo 2º en la primera contra reloj individual, cedió 24 segundos frente a Lemond y recuperó además 32″ sobre Fignon, la moral y el optimismo necesario, para adivinar que el Tour ’89 no se había acabado para él.

Es 2º en una fantástica etapa de los Pirineos. «Todo se iba arreglando poco a poco y mis expectativas para los Alpes me hacían concebir ilusiones más que fundadas», pero el recorrido de los Alpes no era tan montañoso como las últimas ediciones y además eran etapas bastante cortas, no consigue recuperar el tiempo necesario para repetir triunfo. Toma la salida en la última etapa, una contra reloj de 25 kms., cansado física y especialmente psicológicamente de este Tour y entregado al tercer puesto, pues ve imposible recuperar los 2′ 28″ que le separa de Fignon. «Esta última jornada fue de infarto. Lemond recuperó los 50″ de retraso sobre Fignon y consigue ganar el Tour por 8″, la diferencia más pequeña en toda la historia del Tour de Francia. A mí me queda el recuerdo amargo de la salida del Tour en Luxemburgo, sino …».

Termina prácticamente la temporada en la Volta a Cataluña con un 2º puesto, ansioso de terminar el año y empezar el siguiente.

Prólogo de Luxemburgo. Casi mejor olvidarlo. Fignon demasiado pendiente de Perico, se olvidó en ocasiones de Lemond, vencedor final en París. Podio final en los Campos Eliseos.